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Casa Frida

Refugio Casa Frida es un espacio seguro que acoge jóvenes y adultes de la comunidad LGBTQ+, usuaries de drogas y/o que ejercen trabajo sexual,  que viven con VIH y que se encuentran en situaciones de riesgo y vulnerabilidad. Para esta edición de Orgullo (Pride), yo tenía en mente un proyecto de entrevistas y sesiones de fotos con sus usuaries. Esto, recalcando la importancia de que elles se representaran solamente como elles decidieran, y no como lo esperarían los medios o la percepción general. Además, siempre respetando que sus voces fueran escuchadas de la manera en la que quisieran y se sintieran cómodes. El proyecto había sido aprobado por los directivos. Sin embargo, todo dependía de la confianza que las personas me dieran y en Fer –amiga mía que me acompañó en toda la experiencia. Lo que habíamos acordado Fer y yo era simple: primero les íbamos a conocer, romper el hielo, abrirnos y una vez que nos sintiéramos en confianza, les propondríamos el proyecto.

Para no hacer el cuento largo, el momento correcto para proponerles el proyecto nunca llegó. ¿Creímos que estar ocho horas, en total, sería suficiente para que nos contaran sobre qué significaba estar en Casa Frida y su experiencia ahí? Sí. ¿Pensamos que jugar unos juegos de mesa y pintar un cuadro iba a crear un ambiente de confianza y seguridad para que pudiéramos presentarles la idea? También. No logramos nada de esto, y para ser honesta, me da gusto que las cosas no hayan salido como las teníamos planeadas. 

Los dos días nos dedicamos a conocernos y a confiar cada vez un poco más. Jugamos “heads-up”, maratón, ajedrez, pintamos un cuadro entre todes y escuchamos música. Las risas salieron fácilmente y, como en toda convivencia, había algunes que hablaban más que otres. Mientras pasábamos más tiempo juntes, el ambiente se volvía más ligero y creo que se podía ver que estábamos genuinamente disfrutando de la compañía.

Por seguridad, confidencialidad y respeto a las personas que conocimos, no diremos sus nombres. Sin embargo, quiero platicarles que une de elles nos contó de su pasión por el ajedrez. Otra usuaria nos contó de su sueño más grande: ser actriz y, a pesar de que nos platicó sobre todos los obstáculos, siempre terminaba con un “yo sé que lo voy a lograr”. Otro usuario, quien probablemente es una de las personas más alegres que he conocido,  era ligero. Tenía una sonrisa que te abrazaba y le encantaba decir “eeeeso mamonaaaa”, acompañado de un chasquido de dedos al ritmo de la palabra. Había una persona que sabía datos curiosos de memoria. “¿Sabías que Transnistria existe y es un Estado reconocido solo por algunos países?”. Está, también, una persona amable y luchadora, que te da la bienvenida y confía en ti sin pedirte nada a cambio. Otra es aquella que se reserva las palabras, pero de repente suelta un buen chiste. Y, por último, pero no menos importante, está ella, la mujer más culta que he conocido y que nos destrozó a todes en maratón. 

Ahora, ¿a qué vienen todas estas descripciones? Básicamente a recordarnos el lado humano de todes. Creo que tendemos a olvidar que, aunque las luchas de una persona son una parte muy importante de ella y deben de reconocerse, también está construida a partir de sus pasiones, sus sueños, su risa, lo que te transmite cuando la ves, lo que aprendes de ella, la confianza que te da y lo que la hace feliz. 

Esta vez, debo confesar que por un momento olvidé que ir por “la nota” o “la historia” no era lo importante. Uno de elles, el primer día, cuando íbamos de salida nos dijo: “gracias por venir a pasar tiempo con nosotres”. En ese momento supe que ahí estaba el punto final de mi proyecto original. Fer y yo tomamos la decisión de no hacerles la propuesta porque, para nosotras, esto simbolizaba arriesgar la confianza y seguridad que habíamos construido con elles. Al final, sin querer, se terminó creando un nuevo proyecto: uno más natural, basado en relaciones personales y en donde lo importante para nosotras era simplemente convivir juntes, escuchar reggaetón y hablar de nuestros intereses. No conseguí “la historia” y las fotos para publicar mi proyecto en la sección de fotografía, pero las relaciones que construimos y los momentos que pasamos con elles valieron la pena. 

-Lucía Muedano

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