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 “Yo me quiero ver representado de forma digna”
FABIÁN CHÁIREZ
 

Ana Sofia Esteva (AE): Empecemos con: ¿Cuántos años tienes? ¿Cuál es tu hobby? ¿Cuál es tu signo? ¿Cuál es tu música favorita? 

Fabián Cháirez (FC): Tengo treinta y tres años. Soy Sagitario. Mi hobby… me encanta peinar pelucas.

Emilio Poiré (EP): ¿Neta?

FC: Sí sí. Te digo que soy travesti. Me encanta peinar pelucas y diseñar modelitos y ese tipo de joterías. Me encantan porque siguen siendo algo creativo y que disfruto, pero se vuelve algo un poquito distinto. 

Mi música favorita...me gusta mucho la música electrónica y clásica. Y de ahí puedo escuchar desde techno hasta Vivaldi. No me gusta ensimismarme, creo que es algo muy negativo para la creatividad.

EP: En tu obra representas a varios personajes de la historia y cultura del país. ¿Por qué crees que es importante recontextualizar a personajes tan fijos dentro del imaginario Mexicano?

FC: Creo que es un diálogo que tengo con el público que ve mi obra porque resignifico a estos personajes para hablar de nuestros temas que se han borrado de la historia. Se han invisibilizado a nuestros héroes. Entonces para mí es importante que, si no los tenemos, yo utilice los que ya existen para dar ese mensaje de que somos igual de guerreros y que tomamos los mismos referentes nacionales de lucha para nuestro movimiento.

Además me gusta ya que la gente evidencia su homofobia, porque es como: "No te metas con mis héroes o con mis símbolos". Pero, ¿de quién son realmente esos símbolos? No sólo son los símbolos de los heterosexuales, son de toda aquella persona que quiera usarlos.

AE: ¿Crees que la figuración ha perdido importancia en el arte contemporáneo? ¿Por qué?

FC: Perdió mucha importancia durante varias décadas. Se decía que la pintura figurativa estaba sobrevalorada y superada. Pero creo que en la era de la información -en la que nos comunicamos principalmente con imágenes por el internet- la pintura figurativa está retomando una fuerza muy importante y es por esa practicidad de lectura. Veo que hay mucha gente nuevamente interesada en la figuración y no tanto por la facilidad del lenguaje sino por el hartazgo del arte de instalación y el arte conceptual. 

[Sin embargo], siempre he creído que el avance y la trascendencia no pertenece solo a una técnica, creo que ver hacia adelante y evolucionar los conceptos del arte significa integrar a todas las disciplinas. En el arte no hay una sola verdad, hay muchas.

AE: ¿Qué tanto es tu intención lograr que tu obra toque con lo real? ¿Llegarías hasta el nivel de que la representación, la obra, se convierta en el sujeto representado? Por ejemplo, cada vez que pasa algo como el fenómeno de "La Revolución” …

FC: De hecho, gracias a la figuración se dio esa posibilidad.  La imagen de Zapata no había sido trastocada de la forma en la que yo lo hice. Incluso en las demás piezas que estaban en la exhibición, aunque querían transgredir su imagen, no se lograba la transgresión porque gracias a la figuración yo pude generar desde cero otro referente que hacía alusión al mismo [Zapata], pero a la forma que yo quería.

AE: ¿Qué tanto quieres que tu pintura se convierta en el sujeto que está representando?

FC: Hay veces que se me sale de las manos–se ríe–; cuando tú pintas algo, no puedes ser ni del agrado de todos ni del odio de todos. Entonces es muy interesante ver cómo se te sale de tus manos. Fue interesante ver todo lo que pasó con mi obra porque ya había sido apropiada por la gente desde antes y hasta le habían cambiado el nombre.

La Invocación

EP: ¿Se llamaba "Viva Méxica", no?

FC: ¡No! Se llama "La Revolución", pero sí la llamaban así. Es increíble cuando la gente se apropia de la imagen. Es uno de mis logros más importantes como artista.

EP: Desde antes de la exposición de Bellas Artes, ha habido un aumento en representación de artistas de la comunidad LGBTQ o de artistas que hablan de feminismos o que hablan de la población indígena o de la colonización. Muchos se atreverían a decir que es por moda y para que las instituciones culturales se vean políticamente correctas. ¿Qué opinas al respecto?

FC: No dudo que haya gente que se quiera subir al tren del mame con todo esto. No lo dudo; eso es algo que pasa cuando alguien está proponiendo algo diferente, sobre todo si en el mercado está funcionando. No dudo que existe esa posibilidad pero creo que también existe esta otra posibilidad en la que la sociedad está evolucionando. Eso es innegable, entonces el arte evoluciona con la sociedad. Porque el arte es la factura, es el objeto, es el resultado de las experiencias de los individuos en un contexto. Claro que las luchas, las reflexiones que hay, ese hartazgo se ve reflejado en el arte. Esa es la parte que me gusta a mi de que estén sucediendo o que parezca que haya estas tendencias.

De hecho es bien interesante porque todo esto que yo pintaba, lo pintaba desde el 2009 y hasta ahora vino a tomar importancia. En su momento yo no sabía qué madres estaba haciendo. Solo sabía que estaba harto de que los mismos chicos con los que ligaba me llamaban "joto" y que no me querían porque era muy obvio o porque era prieto o porque era muy afeminado. Entonces con todo eso dije: “Yo me quiero ver representado de forma digna”.

EP: En todo este tiempo que hemos estado contigo, lo que más nos has contado es que eres travesti. De lo que nosotros investigamos, no es algo que te preguntan; sin embargo, tú lo dices. ¿Qué te ha regalado el drag en tu vida? ¿Cuál es tu nombre drag?

FC: ¡Uff! Ha sido la herramienta más fuerte para deconstruirme. Gracias al travestismo me di cuenta de la performatividad del género. Pude vivirla. Para mí, ponerme unos tacones, pintarme las uñas, ponerme una peluca, significa mucho, a pesar de que sean objetos. ¡Cuánto significado existe detrás de ellos y cuánto peso social tienen! El drag y el travestimo me ha hecho borrar esos límites y me encanta porque es parte fundamental para construir la libertad que tengo ahora.

EP: ¿Cómo te llamas cuando estás en drag?

FC: María Magdalena. Era el nombre de mi abuela, pero no le gustaba usar "María" porque decía que ese nombre era de indias. Otra vez volvemos al clasismo y al racismo con el que yo fui educado. Y son cosas que yo he deconstruido y reconstruido desde mis propias vivencias. Todo eso está reflejado en mi obra.

EP: Y para la última pregunta. Si a ti hoy se te aparece un genio y te da tres deseos para cambiar una cosa en tu país, tu trabajo y la comunidad LGBTQ, ¿qué desearías?

FC: Uff. Qué bonita pregunta.

En el país, más empatía. Completamente. Creo que eso nos hace bastante falta en esta sociedad. Creo que vivimos en polos muy opuestos y es necesario tenerse empatía y darnos cuenta de que somos las mismas personas. 


En mi trabajo, darme el suficiente tiempo para poder llegar a construir todo aquello que siempre he deseado construir, que todavía no sé –se ríe– no sé hasta dónde voy a llegar pero que me dé la consciencia y la paciencia para llegar a disfrutarlo.

En la comunidad LGBT...que aún ganando lugares de reconocimiento, que no se nos olvide de dónde venimos y que esta conciencia crítica que nos ha dado vivir en las periferias sea algo permanente…Memoria, memoria.

Queremos agradecerle a Fabián y a Rodrigo por su tiempo, sus palabras y todo su apoyo para este proyecto. Es un honor poder platicar con una voz de la comunidad queer tan innovadora. Se nos hace muy importante escuchar a una voz tan joven y relevante en el mundo del arte. Te tenemos muchísima admiración, Fabián. Gracias.

-Entrevista por Emilio Poiré y Ana Sofia Esteva

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