Sería ingenuo creer que el machismo -- en México – se alberga en comportamientos y situaciones alejadas de lo cotidiano. También sería egoísta declararse indiferente y aislarse de lo político; la apatía resulta del privilegio. Pero encima de todo, resultaría absurdo convencerse a unx mismx de que la estetización y la necesidad de lo convencionalmente conocido como “bello” se encuentra solo en los salones de belleza o en un par de revistas de moda. La propaganda política puede ser un ejemplo casi perfecto para entender cómo, sin darnos cuenta, se nos convence constantemente de supuestos que, la mayoría de las veces, inconscientemente aceptamos.
Sería ingenuo creer que el machismo -- en México – se alberga en comportamientos y situaciones alejadas de lo cotidiano. También sería egoísta declararse indiferente y aislarse de lo político; la apatía resulta del privilegio. Pero encima de todo, resultaría absurdo convencerse a unx mismx de que la estetización y la necesidad de lo convencionalmente conocido como “bello” se encuentra solo en los salones de belleza o en un par de revistas de moda. La propaganda política puede ser un ejemplo casi perfecto para entender cómo, sin darnos cuenta, se nos convence constantemente de supuestos que, la mayoría de las veces, inconscientemente aceptamos.
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¿Cómo se valora el arte? María tiene algo que decir sobre esto.
¿Soy suficientemente Queer?
¡Ayuda!
Desde pequeña, recuerdo haber sentido que me tenían que gustar los hombres y me sentía afortunada de que fuera así. Desde una temprana edad, mi socio-sexualidad era muy alta y siempre me dio curiosidad el sexo–sobre todo con figuras varoniles. Zuko de Avatar, McDreamy de Anatomía según Grey, Heath Ledger de 10 Cosas que Odio de Ti y mi larga lista de amores platónicos podría seguir y seguir. Durante la preparatoria, incluso tenía un grupo de chat con mis amigas que se llamaba “Hotness Loading”, en donde continuamente mandábamos fotos de hombres atractivos, sin camisa, en su mayoría.
Sin embargo, nunca voy a olvidar lo que sentí la primera vez que vi una escena sexual en Anatomía según Grey protagonizada por Sara Ramírez. Era una sensación de calor en mi vientre que mandaba escalofríos por mis piernas. Me sonrojé a tal punto que sentía mis latidos en las orejas y las palmas de mis manos comenzaron a sudar. Estaba aterrada. “¿Qué significaba esto?”, me pregunté a mi misma. Por supuesto sabía lo que esto implicaba, pero decidí ignorarlo. No quería que me gustaran las mujeres. Puesto que me gusta complacer a la gente y tener un lugar en el centro de atención desde que nací, no quería atreverme a pasar los límites de lo que era “aceptable” o “querible”.
Se que hoy el mundo es diferente. Se que el mundo actual está lleno de individuos valientes que expresan su verdad llenos de orgullo. Tengo una familia muy comprensiva, mi hermano salió del clóset a los 15 después de todo, e incluso antes de eso mis papás tenían libros–Mom & Dad, I’m Gay, específicamente– por si acaso. No obstante recuerdo la manera en la que las personas juzgaban y criticaban: gente en mi familia , mi escuela, en las noticias…
Así que lo aparentaba un poco. Sentía una gran atracción a las personas, al sexo y al sexo con personas jaja. Solo no era completamente honesta sobre quiénes me atraían. Decía pendejadas como “está súper bonita, pero de una manera objetiva, sabes? No como si me gustaría coger con ella.” Después, gracias a Dios, pude irme de la ciudad en la que siempre viví. Me fui a la universidad en Nueva York. Todxs. Estaban. Tan. Pinches. Guapxs. Se volvió imposible. Era imposible fingir que las únicas personas atractivas eran los hombres cis. O sea, no mames. Estaba muy lejos de casa, prácticamente nadie me conocía y me sentía lo suficientemente valiente para intentar ser realmente yo. Fui muy valiente: me permití a mí misma entender por quién me sentía atraída y por qué. Esta vez con completa honestidad, amabilidad y con nada más que genuina curiosidad.
Me di cuenta que tenía un tipo. Fuerte, silencioso, misterioso. Me sentía atraída a personas honestas con ambiciones que sabían poner límites. Me gustaba el pelo chino, las manos fuertes, los castaños al igual que los güeros. Me di cuenta de que nunca se reducía a los genitales ni a la expresión de género. Estos dos detalles nunca fueron decisivos para escoger a quién me daba y a quién no. Como dijo David Schitt, “no se trata de la etiqueta sino del vino”.
Y esta es exactamente la razón por la cual me encanta Tik Tok. Vi videos que explicaban la pansexualidad. Había visto todos los memes. Seguía un par de cuentas de personas que se autodenominaban pansexuales, pero nunca lo investigué. Este video me hizo mucho sentido. Se que muchas personas consideran a las etiquetas limitantes, pero el hecho de que tantas personas se sintieran de esta manera para que un término existiera me hacía sentir como que era parte de algo más grande. Me hacía sentir segura y querida.
Entonces, ¿qué es la pansexualidad?
La pansexualidad es la atracción romántica, sexual, o emocional hacia una persona sin importar su sexo o identidad de género. La pansexualidad rechaza el género binario (que en lo personal me encanta) porque incluye a todas las personas que no se identifican estrictamente como hombres o mujeres.
Para mí, la pansexualidad es un hogar precioso que le da un espacio a uno de mis valores fundamentales: el amor no es un recurso limitado, sino uno infinito. Hay amor para todxs.
Soy privilegiada y muy afortunada. Me encuentro en una relación con una persona que no sólo me acepta por quien soy, sino que también me ama por esto mismo. Estoy en una familia que nunca me juzgaría o lastimaría por quien me atrae. Aparento ser heterosexual, por lo que nunca he sufrido de insultos verbales, como mi hermano. Sin embargo, escucho a las personas hablar sobre mí como si fuera heterosexual o como si no formara parte de la comunidad porque supusieron mi orientación sexual y se me hace un nudo en el estómago. Toca un cierto lugar en mi corazón que siempre me hace sentir como que no soy suficientemente queer. Aunque no defiendo la monogamia y estoy en un cierto tipo de monogamia, sigo aparentando heterosexualidad. Así que sí, me acepto culpable de tener síndrome del impostor queer. Y sí, eso existe.
Aunque el síndrome del impostor es una frase que está de moda, siempre es importante refrescar nuestra memoria.
El síndrome del impostor es el miedo constante a ser descubierto como un fraude. El síndrome del impostor queer se refiere al miedo a no ser lo suficientemente queer para pertenecer a la comunidad.
Después de buscar en Google: "¿Cómo sé si soy lo suficientemente queer?", y al leer las primeras 15 entradas, descubrí que, aparentemente, es muy común entre las mujeres “femeninas”, bisexuales y pan-folk. No sólo es común el no sentirse suficientemente queer, sino que también hay muchos consejos sobre cómo abordarlo.
Estoy aquí para compartir las riquezas encontradas después de pasear por las profundidades de Google (¡referencias al final!):
Si alguna vez has dudado o te has sentido insegurx acerca de qué tan queer eres, recuerda:
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No tienes que verte, actuar o coger de cierta manera para ser queer.
“Ser queer se trata menos de con quién te acuestas y más de tus valores y cómo navegas por el mundo.” - COREY MORE, TRABAJADOR SEXUAL Y EDUCADOR SEXUAL TRANS NO-BINARIO.
2. Tu lucha y la violencia no definen tu experiencia queer.
“Quiero recordarles a todas las personas queer: No tienes que sufrir violencia para ser quien eres… la idea de que la violencia es una parte intrínseca de la experiencia queer no es una idea queer sino una de estado.”
3.Ser queer es una experiencia que continuamente cambia.
“No hay una manera correcta de ser queer. La experiencia, la expresión y el grado de inversión emocional de las personas queer difieren de una persona a otra a través del tiempo.” - PAVEL BLAGOV, PROFESOR DE PSICOLOGÍA
Para concluir, está bien sentirse insegurx sobre la validez de tu identidad. Sin embargo, nunca olvides que esta inseguridad no es un reflejo de tu valor como persona o de tu derecho a pertenecer a la comunidad. Sólo es un miedo a no ser suficientemente bueno y, cuando se trata de ser queer, todxs somos lo suficiente.
- Nicole Poiré
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La diferencia individual de tendencias del deseo de tener relaciones sexuales fuera de las relaciones íntimas monógamas.
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El amor pasional viene de la Teoría Triangular del Amor de Sternberg, donde hay tres partes individuales que pueden existir independientemente o converger para definir ocho tipos de amor. La pasión se puede asociar con excitación física o estimulación emocional, y puede ser definida como fuertes sentimientos románticos o sexuales hacia una persona. (Sternberg, 2007)
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¿El poliamor es queer? “En la medida en que queer se define como el rechazo de lo normativo, en un mundo mono normativo, el poliamor es queer. El poliamor se refiere a relaciones emocionalmente y, a veces, sexualmente íntimas y con un cierto grado de compromiso que incluyen a más de dos adultxs.” (Expanding the Rainbow, Schippers)